jueves, 26 de abril de 2012

Dos poetas chinos contemporáneos


Bei Dao (Beijing, 1949)




Este día


el viento sabe lo que el amor es

el verano del día destella majestuosos colores

un solitario pescador examina

la herida del mundo

una campana oscila violenta y se inflama

gente corretea en la tarde

asumiendo las consecuencias del tiempo

alguien se inclina hacia el piano

alguien carga la escalera del pasado

el adormecimiento se pospone unos minutos

sólo unos minutos

el sol indaga la sombra

y bebiendo agua de un espejo lustroso

veo al enemigo

en medio de un viejo buque petrolero

la canción del tenor enfurece al mar

a las tres de la madrugada abro una lata

y pongo al fuego algunos peces







Sin título


las personas se apresuran, llegan,

retornan a otra vida, se desvanecen en sueños de pájaros

el sol vuela hacia campos de trigo

luego regresa persiguiendo a los mendigos

quien ha rivalizado ante la altura del cielo

aquel cantante que murió joven

planea sobre el mapa del clima

vuela hacia tormentas de nieve portando una lámpara

compré un diario

tomé el cambio del día

y al entrar en la noche

me deslicé hacia una nueva identidad

peces de alabanza

se mueven a través de las lágrimas de todos

escuchen, ustedes, amigos venciendo la corriente, tan vigorosos

y enérgicos, cuán lejos está el mañana







Sin título



Una trompeta labra la tierra

como un agudo arado: ¿por cuánto tiempo más

hasta que la luz del sol irrumpa en la tierra?

¿por cuánto tiempo más hasta que aquellos que escuchan con veneración

se volteen y nos vean?

¿por cuánto tiempo más hasta que nosotros

a través de esfuerzo y ejercicio

alcancemos la gloria?

hasta que el grano llegue al granero

este pensamiento a nadie pertenece

una caída en el nivel del agua entre

este instante y la otra vida;

inmensas olas rompen contra la orilla

próximos a la puerta de la juventud

escuchamos las salvajes palpitaciones

en un espacio aún más vasto

sueño apilado con pajas de arroz







Paisaje sobre cero



es halcón enseñando a nadar a la canción

es canción rastreando el primer viento

intercambiamos fragmentos de gozo

que atraviesan la familia desde diversas direcciones

es un Padre que reafirma la oscuridad

es la oscuridad que lleva hacia la luz de los antiguos

una puerta de gimiente oscilación se cierra

ecos persiguen su llanto

es una pluma que florece en vana esperanza

un brote resistiendo la ruta inevitable

un fulgor de amor que despierta para

encender un paisaje sobre cero



(Traducciones de Raúl Jaime)







Respuesta



Despreciable es el salvoconducto del vil,

Noble, el epitafio del noble.

Vean, pues, en el baño de oro del cielo cómo

Flotan los reflejos serpenteantes de los muertos.

La época de los glaciares ha pasado ya.

¿Por qué entonces todo afuera es hielo?

El Cabo de Buena Esperanza lo ha descubierto:

¿Por qué mueren en el mar las mil velas que compiten entre sí?

Vine hasta este mundo

Y sólo traje papel, una cuerda y mi sombra,

Para estar en el juicio

Y leer en voz alta la sentencia:

Te digo, mundo:

¡Yo-no-creo!

Si bajo tus pies hay mil retadores,

Pues entonces considérame después del número mil.

No creo que el cielo sea azul;

No creo que el trueno tenga eco;

No creo que el sueño sea falso;

No creo que la muerte quede sin retribución.

Si los océanos van a romper los diques,

Entonces que todas las aguas amargas desemboquen en mi corazón;

Si los Continentes vuelven a elevarse,

Entonces la humanidad volverá otra vez a vivir en las alturas.

Las nuevas oportunidades y las estrellas titilantes

Salpican sin estorbos todo el cielo.

Son cinco mil años de pictogramas.

Es la mirada fija de la humanidad futura.







Nuestro sol matutino de cada día



Los frágiles brazos de la hierba sostienen el Sol

Gente de diferente color de piel se encamina hacia ti

Convergen en rayos de luz; tu voz de campana

Sacude la nieve acumulada en la cúspide hasta derramarla

Profundo es el temblor del miedo y el pesar de las arrugas

El espíritu no puede otra vez ocultarse tras una pantalla

El libro abre ventanas; da libertad a las parvadas para volar en círculos

El viejo árbol ha dejado de roncar, ya no echa nuevos brotes

Atar las ágiles pantorrillas del hijo

Pocas mujeres vuelven desde una ducha lejana

Bajar las estrellas y la interminable luz de la Luna

Cada persona tiene la libertad de su nombre

Cada quien su propia voz, su amor, su deseo

Ponerse de pie en la pesadilla del témpano

Al amanecer se derrite, permanece en la oscuridad

Cada persona lleva su propia sombra

Se vuelve pesado el recuerdo bajo sus pies

Al irse poco a poco desaparece

Todos los brazos se unen en el horizonte

Cada historia tiene un nuevo principio

Pues entonces comencemos





(Versiones del chino de Alejandro Pescador)







Shu Ting (Fujian, 1952)





Autorretrato



Para él, ella es su pequeña conspiradora.

Ella ruega por una respuesta, pero no dice una palabra,

Cuando él necesita silencio, ella ríe y hace ruido

Marea y nubla la vista de la gente.

Ella rompe el equilibrio, desprecia los conceptos;

Como una voluntariosa bruja del bosque,

Lo envuelve con un grotesco paso de baile.

Para él, ella es su pequeña conspiradora.

Él arde en deseo; ella se rehúsa a dar;

Él nunca desea; ella, al contrario, pide su entrada.

Atraída por la ternura, evita expresarla;

Aún no ha experimentado el temor de perder;

Ella misma es un remolino; todavía

Hace infinitos remolinos,

Nadie comprende sus brujerías.

Para él, ella es su pequeña conspiradora.

No viene al llamado, no acude a la cita,

Cercanía ilusoria, intenta separar lo inseparable.

A veces parece un témpano; a veces un mar de fuego;

A menudo parece una canción sin palabras,

Cuando escucha, no sabe si es verdad o mentira,

No discierne si el regusto en la boca es dulce o picante.

Suya, suya,

Para él, ella es su pequeña conspiradora.







También esto es todo
(Respuesta a un joven amigo de "Todo")



No todos los grandes árboles

Son derribados por el viento;

No todas las semillas

Se quedan sin enraizar en la tierra.

No todos los sentimientos genuinos

Erosionan los corazones humanos;

No se fracturan a propósito

Las alas de toda ilusión.

¡No, no todo

Es como tú lo dices!

No todas las llamas

Se consumen en su propio fuego,

También iluminan a otros;

No todas las estrellas

Señalan la oscuridad en la noche,

También anuncian los primeros rayos del alba;

No todos los cantos

Pasan rozando los oídos,

También se alojan en el corazón.

¡No, no todo

Es como tú lo dices!

No todos los llamados carecen de eco;

No todas las pérdidas se quedan sin compensación;

No todos los abismos profundos se extinguen;

No toda la desolación cubre la cabeza de los débiles;

No todo espíritu puede quebrantarse bajo las pisadas en el fango;

No todas las consecuencias

Son manchas de sangre y lágrimas,

También son una muestra de alegría.

Todo ahora está preñado de futuro,

Todo futuro echa raíces en su ayer.

La esperanza también lucha por sí misma,

Por favor, coloca este todo sobre tus hombros.





(Versiones del chino de Alejandro Pescador)

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