Bei Dao (Beijing, 1949)
Este día
el viento sabe lo que el amor es
el verano del día destella majestuosos colores
un solitario pescador examina
la herida del mundo
una campana oscila violenta y se inflama
gente corretea en la tarde
asumiendo las consecuencias del tiempo
alguien se inclina hacia el piano
alguien carga la escalera del pasado
el adormecimiento se pospone unos minutos
sólo unos minutos
el sol indaga la sombra
y bebiendo agua de un espejo lustroso
veo al enemigo
en medio de un viejo buque petrolero
la canción del tenor enfurece al mar
a las tres de la madrugada abro una lata
y pongo al fuego algunos peces
Sin título
las personas se apresuran, llegan,
retornan a otra vida, se desvanecen en sueños de pájaros
el sol vuela hacia campos de trigo
luego regresa persiguiendo a los mendigos
quien ha rivalizado ante la altura del cielo
aquel cantante que murió joven
planea sobre el mapa del clima
vuela hacia tormentas de nieve portando una lámpara
compré un diario
tomé el cambio del día
y al entrar en la noche
me deslicé hacia una nueva identidad
peces de alabanza
se mueven a través de las lágrimas de todos
escuchen, ustedes, amigos venciendo la corriente, tan vigorosos
y enérgicos, cuán lejos está el mañana
Sin título
Una trompeta labra la tierra
como un agudo arado: ¿por cuánto tiempo más
hasta que la luz del sol irrumpa en la tierra?
¿por cuánto tiempo más hasta que aquellos que escuchan con veneración
se volteen y nos vean?
¿por cuánto tiempo más hasta que nosotros
a través de esfuerzo y ejercicio
alcancemos la gloria?
hasta que el grano llegue al granero
este pensamiento a nadie pertenece
una caída en el nivel del agua entre
este instante y la otra vida;
inmensas olas rompen contra la orilla
próximos a la puerta de la juventud
escuchamos las salvajes palpitaciones
en un espacio aún más vasto
sueño apilado con pajas de arroz
Paisaje sobre cero
es halcón enseñando a nadar a la canción
es canción rastreando el primer viento
intercambiamos fragmentos de gozo
que atraviesan la familia desde diversas direcciones
es un Padre que reafirma la oscuridad
es la oscuridad que lleva hacia la luz de los antiguos
una puerta de gimiente oscilación se cierra
ecos persiguen su llanto
es una pluma que florece en vana esperanza
un brote resistiendo la ruta inevitable
un fulgor de amor que despierta para
encender un paisaje sobre cero
(Traducciones de Raúl Jaime)
Respuesta
Despreciable es el salvoconducto del vil,
Noble, el epitafio del noble.
Vean, pues, en el baño de oro del cielo cómo
Flotan los reflejos serpenteantes de los muertos.
La época de los glaciares ha pasado ya.
¿Por qué entonces todo afuera es hielo?
El Cabo de Buena Esperanza lo ha descubierto:
¿Por qué mueren en el mar las mil velas que compiten entre sí?
Vine hasta este mundo
Y sólo traje papel, una cuerda y mi sombra,
Para estar en el juicio
Y leer en voz alta la sentencia:
Te digo, mundo:
¡Yo-no-creo!
Si bajo tus pies hay mil retadores,
Pues entonces considérame después del número mil.
No creo que el cielo sea azul;
No creo que el trueno tenga eco;
No creo que el sueño sea falso;
No creo que la muerte quede sin retribución.
Si los océanos van a romper los diques,
Entonces que todas las aguas amargas desemboquen en mi corazón;
Si los Continentes vuelven a elevarse,
Entonces la humanidad volverá otra vez a vivir en las alturas.
Las nuevas oportunidades y las estrellas titilantes
Salpican sin estorbos todo el cielo.
Son cinco mil años de pictogramas.
Es la mirada fija de la humanidad futura.
Nuestro sol matutino de cada día
Los frágiles brazos de la hierba sostienen el Sol
Gente de diferente color de piel se encamina hacia ti
Convergen en rayos de luz; tu voz de campana
Sacude la nieve acumulada en la cúspide hasta derramarla
Profundo es el temblor del miedo y el pesar de las arrugas
El espíritu no puede otra vez ocultarse tras una pantalla
El libro abre ventanas; da libertad a las parvadas para volar en círculos
El viejo árbol ha dejado de roncar, ya no echa nuevos brotes
Atar las ágiles pantorrillas del hijo
Pocas mujeres vuelven desde una ducha lejana
Bajar las estrellas y la interminable luz de la Luna
Cada persona tiene la libertad de su nombre
Cada quien su propia voz, su amor, su deseo
Ponerse de pie en la pesadilla del témpano
Al amanecer se derrite, permanece en la oscuridad
Cada persona lleva su propia sombra
Se vuelve pesado el recuerdo bajo sus pies
Al irse poco a poco desaparece
Todos los brazos se unen en el horizonte
Cada historia tiene un nuevo principio
Pues entonces comencemos
(Versiones del chino de Alejandro Pescador)
Shu Ting (Fujian, 1952)
Autorretrato
Para él, ella es su pequeña conspiradora.
Ella ruega por una respuesta, pero no dice una palabra,
Cuando él necesita silencio, ella ríe y hace ruido
Marea y nubla la vista de la gente.
Ella rompe el equilibrio, desprecia los conceptos;
Como una voluntariosa bruja del bosque,
Lo envuelve con un grotesco paso de baile.
Para él, ella es su pequeña conspiradora.
Él arde en deseo; ella se rehúsa a dar;
Él nunca desea; ella, al contrario, pide su entrada.
Atraída por la ternura, evita expresarla;
Aún no ha experimentado el temor de perder;
Ella misma es un remolino; todavía
Hace infinitos remolinos,
Nadie comprende sus brujerías.
Para él, ella es su pequeña conspiradora.
No viene al llamado, no acude a la cita,
Cercanía ilusoria, intenta separar lo inseparable.
A veces parece un témpano; a veces un mar de fuego;
A menudo parece una canción sin palabras,
Cuando escucha, no sabe si es verdad o mentira,
No discierne si el regusto en la boca es dulce o picante.
Suya, suya,
Para él, ella es su pequeña conspiradora.
También esto es todo
(Respuesta a un joven amigo de "Todo")
No todos los grandes árboles
Son derribados por el viento;
No todas las semillas
Se quedan sin enraizar en la tierra.
No todos los sentimientos genuinos
Erosionan los corazones humanos;
No se fracturan a propósito
Las alas de toda ilusión.
¡No, no todo
Es como tú lo dices!
No todas las llamas
Se consumen en su propio fuego,
También iluminan a otros;
No todas las estrellas
Señalan la oscuridad en la noche,
También anuncian los primeros rayos del alba;
No todos los cantos
Pasan rozando los oídos,
También se alojan en el corazón.
¡No, no todo
Es como tú lo dices!
No todos los llamados carecen de eco;
No todas las pérdidas se quedan sin compensación;
No todos los abismos profundos se extinguen;
No toda la desolación cubre la cabeza de los débiles;
No todo espíritu puede quebrantarse bajo las pisadas en el fango;
No todas las consecuencias
Son manchas de sangre y lágrimas,
También son una muestra de alegría.
Todo ahora está preñado de futuro,
Todo futuro echa raíces en su ayer.
La esperanza también lucha por sí misma,
Por favor, coloca este todo sobre tus hombros.
(Versiones del chino de Alejandro Pescador)
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